Cuando ya era irreversible la convicción de que el gobierno había perdido las elecciones de este domingo de una manera clara y abrumadora ante un alud de votos nulos y blancos que rechazaban los comicios y a los candidatos a jueces, el presidente habló brevemente para el país. Y, para sorpresa de muchos, dijo que los magistrados elegidos, por un margen de votos hasta esos momentos desconocido, abrirían las puertas para “una nueva justicia” en Bolivia.
Carlos Hugo Molina, el constitucionalista cruceño, dijo desde Santa Cruz (PAT) que el presidente no había entendido lo que ha ocurrido en Bolivia. Esa comprensión “va más allá de su voluntad”, dijo. Sus palabras reflejaron lo que ha venido pensando un número creciente de bolivianos y que los asesores directos del presidente Morales nunca se atrevieron a decirle. “Esta semana –agregó- marca un antes y un después en la vida política boliviana”.
Carlos Cordero, desde La Paz, lo dijo con otras palabras: “Esperábamos una reflexión más profunda, más inteligente…Ha triunfado la legalidad (hubo elecciones) pero la legitimidad está del lado del pueblo”. Luego afirmó premonitoriamente: “El Sr. Presidente no quiere escuchar la voz del pueblo…le esperan días difíciles a la ciudadanía”.
Tanto el presidente como los dos analistas entrevistados en La Paz y Santa Cruz hablaron unos después del otro, y después de que Juan del Granado, el dirigente del Movimiento Sin Miedo (MSN), ex aliado del gobierno, reclamara la renuncia de todos los miembros del Tribunal Supremo Electoral. Del Granado lanzó una grave advertencia: Ninguno de los que candidatearon en esta elección deberá asumir funciones. Como presidente Morales sancionó los resultados, a pesar de los nulos y blancos, al anunciar el advenimiento de una nueva justicia, las perspectivas no parecían tranquilizadoras.
A la advertencia de Del Granado se refirieron Molina y Cordero al decir que el presidente y su gobierno se enfrentarían ahora a la voluntad popular, bajo una cohesión no siempre vista en la vida política boliviana con la marcha de los Tipnis, que probablemente llegará a La Paz el martes. (Por la TV escuché iniciativas para que las celebraciones por el triunfo del voto nulo y blanco combinados, y la derrota de las candidaturas gubernamentales que recibieron votos a cuentagotas, se realicen junto a la llegada de los marchistas a la sede de gobierno.)
Sorprendentemente, mientras todo esto ocurría a través de las pantallas y estudios de la TV y de los micrófonos de la radio, no había aún disponibles cifras consolidadas sobre quiénes resultaron efectivamente electos y cuáles habrían sido los porcentajes de votos nulos, blancos y válidos.
Erbol, la red de emisoras rurales, destacó en su principal titular: “El voto nulo marca la primera derrota de Morales en las urnas desde el 2005″. Y en un sobretítulo recordó que el presidente había dicho que ganaría con más del 70% de la votación. Los resultados de este domingo pueden tener diversas lecturas. Erbol destacó que la combinación de votos nulos, blancos y abstención cuestionan la política del presidente Morales yde su vicepresidente García Linera.
La semana comienza con grandes signos de interrogación que hacen válido el titular de esta entrada que el gobierno tiene ante sí y cuya respuesta esperan ver y oir todos los bolivianos. Una respuesta que no podrá ser la misma que escucharon del presidente este domingo. De las urnas ha salido un rugido de desaprobación que no puede ser desoído.
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